Si ella fuese una ciudad sería Roma. Forjada en mil batallas, abierta a lo desconocido, elegante y nocturna, cosmopolita y aunque con cicatrices del pasado con un interior que alberga los mayores tesoros.
Ella pasó tantos años conociéndome y apoyándome, me dejé nacer cada día y morir a gusto en sus brazos. Tanto tiempo admirándote, creyéndote la solución a mis problemas inexistentes, me permitías mis excesos y defectos, me alzabas y me completabas. Me dabas el último aliento de la noche y el primero de la mañana, como la diosa que amamanta, protege y acuna a su pueblo sin esperar tributos a cambio.
Con los años nos acostumbramos a vernos cada mañana, nos dejamos de entender y de admirar, nos lloramos nos perdíamos, y luego arrepentidos volvíamos a darnos el amor que tanto nos nutría. La distancia nos acercaba, la cercanía nos mataba. Mi amiga del alma, mi cómplice de batalla, tú eras mi Bonnie y también mi Clyde.
Mil veces me salvaste de arder por dentro, otras tantas te engañaba y tú aun sabiéndolo me dejabas volver a tus brazos, al calor de lo seguro, al tren que conduce solo. Alguna vez te fallé y aún en tu decepción volvías a amarme sin rencor, como el todopoderoso al que nada puede, como el fantasma eterno que me vela.
Gracias a ti aprendí a amar a otras mujeres y comencé a ausentarme en las noches, dejándote en el teléfono y pretendiendo creer que podía olvidarte y descarrilar sueños a mi libre albedrío. Gracias a ti mi torrente se convirtió en un río mando, mi estigma en paz y mi dolor en llovizna por las calles de Alcalá.
El diamante que guardo en mi ser, el interruptor que une mi locura con mi cordura. Con cada fracaso aprendí a apreciar lo divino. Mi red y mi paracaídas a cualquier altura, a cualquier hora, a cualquier precio.
Si algún dia tuviese un barco sería como ella, surcaría los mares con su presencia, bajo sus velas y sobre su regazo. Bebiendo del aire de su compasión y su devoción. Sintiéndome a savo, acogido, reflejado y empujado a contracorriente.
Si algún día tuviese un barco lo bautizaría con su nombre: Catalina.
